piedra del tiempo lacerada
ecos de sombra día nublado a flor de piel
la noche cercenando dedos
y el sentir demoníaco de vida muda
espera mis manos ahogadas en vinagre
bajo agujeros negros las colmenas se crucifican
hasta descubrir el espejo
uno es la muerte cuando nace pienso
en aguas rojas
un querer revolucionar bajo tu falda
en el triunfo de la letra
yo no hago el poema
el poema me labra
me ladra
y sigo siendo muerte
Publicado en La Pinta, Nº 1, Abril 2000, Zacatecas
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