lunes, 26 de agosto de 2013

Cien

Eduardo Campech Miranda

El número cien me parece, después del siete, un número enigmático, emblemático. De alguna manera recuerda a los castigos escolares: -Escribe cien veces en tu cuaderno, “debo cumplir con la tarea”. A partir de ahí Cien fue siempre algo inmenso, inconmensurable. No sé si porque no tenía bien afianzada la noción de cantidad o porque al momento de dormir contaba borregos y quedaba atrapado en los brazos de Morfeo, mucho antes de llegar a cincuenta. Cien también era la imagen de Carranza en tono morado. Imagen que sumaba cinco veces la de Morelos azulada.

Con el paso del tiempo el cien iba cambiando de dimensión. Cien metros ya no eran tantos (ni tampoco los cien pesos, y eso que aún no le quitaban los tres ceros a nuestra moneda). Eran cien horas las que Calamaro pasaba bajo la lluvia y mucho amor el que sentía para aguantar tal suplicio. Cien años de soledad era mi destino con los libros. Cien sonetos de amor el plagio de Mario Jiménez y de un servidor. Cien veces cien las voluntades de aquel septiembre negro. Cien veces, decía mi madre, me decían que ordenara mi habitación, mismas cien que me preguntaba ¿en qué momento las contó?

Cien también es el límite de las fatalidades y el parámetro para los tontos que las aguantan. Si Chabela Vargas se tomo todo el tequila, entonces es de suponer que había más de cien litros. Rubén Fuentes pensaría en la amada cien años, claro, si los llegaba a vivir. Con cien latigazos se castigó a una joven abusada sexualmente en las Islas Maldivas. Duncan Dhu se pregunta a dónde irán cien gaviotas. La compañía telefónica nos ofrece cien minutos “gratis” a celulares (aunque esa gratuidad venga incluida en otros conceptos). Cien veces, o más, vi a los telettubies en la primera infancia de mi hijo.

Cien pasos ya es película y no sólo una medida de longitud. Cien años de revolución olvidada, aún con sus Cien días que conmovieron al mundo. Cien orgasmos diarios tiene una mujer británica. Cien días el primer pretexto gubernamental para hacernos creer que las cosas cambiaron. Cien, cien, cien. Cien mentiras (aunque hay más) que valen la pena nos dice aquel poeta, el cual también aconseja, que si queremos vivir cien años, no vivamos como él.


Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, marzo 13 de 2013.